suscríbete: Entradas | Comentarios
Poner límites de forma eficaz
El lema de los médicos puede hacerse extensivo también a los padres: «Primero de todo: no perjudicar».
Para poner límites de forma eficaz, es básico recordar que en el proceso de establecer normas, de concretar los límites, de decir que no; se debe salvaguardar siempre el bienestar emocional; éste viene a ser como el pulso de un paciente, si el niño o adolescente «pierde el pulso emocional», corremos el riesgo de que se pierda el contacto con la realidad y el niño o adolescente se cierre y no modifique sus conductas.
NO sirve de nada recordarles continuamente lo mal que se portan, de esta manera no conseguiremos que reaccionen y decidan hacernos caso. Lo único que entienden, cuando pierden el pulso emocional, es que no nos gusta lo que hacen y, por tanto, no nos gustan ellos. CUIDADO: Hay que ayudar al niño o adolescente a distinguir entre la conducta y la persona. «No eres tú lo que no me gusta, es lo que haces, lo que debes cambiar.» Con ello lograremos mantener el pulso emocional del paciente.
No somos responsables de lo que sentimos, pero si de cómo actuemos o expresamos lo que sentimos. Los adolescentes suelen vivir sus sentimientos de forma muy intensa, tanto los positivos como los negativos. No se les puede culpar por lo que sienten ni por sentirlo de una determinada manera, pero sí los debemos considerar responsables de su conducta y los tenemos que ayudar para que canalicen sus sentimientos hacia vías como el desahogo verbal y otros, de tipo simbólico.
Se debe dar salida a estos sentimientos, darles la posibilidad de que se desfoguen de una forma simbólica y aceptada. Todos en determinados momentos hemos sentido odio o rabia, y eso no nos convierte en seres malignos. Los adolescentes se sienten invadidos por los extremos, y que sus padres les permitan desfogarse les alivia y los protege de sentirse malamente con ellos mismos por el hecho de experimenta odio, rabia o vergüenza.
La consigna será la siguiente: permitir los sentimientos pero limitar los actos. CUIDADO: La distinción entre deseos y necesidades, sentimientos y actos, son distinciones clave. Debemos poner límites a los deseos y a los actos, no a las necesidades y a los sentimientos.
El entrenamiento mental en la gestión de las emociones ayudará a nuestros hijos a ser más felices. RECORDEMOS: Lo que nos pasa no lo podemos cambiar, pero la manera de cómo decidimos vivirlo, sentirlo e interpretarlo depende de nosotros. Tenemos que enseñar a los niños que las cosas son como las interpretemos.
Los sentimientos de deben identificar y procesar, los actos se deben limitar y reorientar. A veces la simple identificación o verbalización de lo que está pasando puede ser suficiente para tranquilizar el ambiente.
Si utilizamos bien estos conceptos podremos ayudar a nuestros hijos a desarrollar un buen autocontrol de su conducta. Para ello es INDISPENSABLE: definir claramente la conducta aceptable de la conducta inaceptable. Todos nos sentimos más seguros cuando sabemos cuáles son los límites o las fronteras que no podemos traspasar.
Será básico expresar y plantear correctamente los límites concretos.
Poner límites de forma eficaz.
ATENCIÓN PSICOLÓGICA Y EDUCATIVA A DOMICILIO
en Barcelona, Sant Cugat, Sabadell, Terrassa, Vallès Occidental.