Ayudar a tomar decisiones

La toma de decisiones es uno de los procesos más difíciles a los que se enfrenta el ser humano.

Una de las responsabilidades educativas más importantes es la de educar y enseñar a los niños y adolescentes a tomar decisiones; hablar con ellos, interesarnos por sus necesidades y ayudarlos a que se conozcan a sí mismos será de gran utilidad para alcanzar este propósito.

Existen técnicas como el balance decisional que también nos pueden ayudar.

El balance decisional es el proceso de toma de decisiones más estudiado en psicología y tiene aplicación en la terapia cognitivo conductual. Se explica con detalle que hay que plantear los objetivos que se desean, elaborar un plan, realizar las acciones comprendidas en el plan, evaluar la marcha del plan y de los resultados que se van alcanzando.

El balance decisional es un método para representar los pros y los contras, las ventajas y los inconvenientes de las diferentes opciones y ayuda a decidir qué hacer en una circunstancia determinada. Se utiliza en el trabajo con personas que presentan conductas que son perjudiciales para su salud (por ejemplo, el consumo de alcohol o tabaco o comer en exceso), pero es aplicable a multitud de situaciones cotidianas y vitales con las que nuestros hijos (y nosotros los adultos) nos podemos encontrar, por lo que es una técnica de amplio espectro.

Se puede utilizar tanto para tomar decisiones individuales como de grupo.

El balance general reconoce que las ganancias y las pérdidas pueden ser consecuencias de una decisión única.

La puesta en marcha del método no puede partir de una orden para pensar en los aspectos negativos de la conducta problemática, ya que esto podría aumentar la resistencia psicológica.

«¿Podrías decirme qué significaría para ti dejar de fumar?»; sería un tipo de pregunta que facilita que la persona vaya contrastando diferentes aspectos.

Básicamente se trata de hacer una lista de pros y contras, en la que estimar la importancia de cada uno, hasta que una columna (a favor o en contra) es dominante.

El uso de un sistema de puntuación para dar pesos numéricos a los diferentes elementos del balance permite realizar una matriz de decisión.

Existen diversas variaciones del balance decisional a partir de:

• Los efectos previstos para la propia persona.
• Los efectos previstos para las personas significativas.
• El efecto anticipado de cómo uno es considerado por las personas significativas.
• Los efectos anticipados sobre cómo uno se ve a sí mismo.

Algunos autores separan beneficios y riesgos a corto y largo plazo; marcando así los pros y contras de:

• Mantener la conducta dañina.
• Reducir la conducta dañina a un nivel en el que podría ser menos perjudicial.
• Detener por completo la conducta dañina.

Timothy D. Wilson ha advertido que el método puede inducir a engaño al racionalizar falsas creencias del sujeto que no reflejan con exactitud las verdaderas motivaciones o las capacidades reales del futuro comportamiento.

Para este psicólogo el balance decisional es apropiado sólo para la toma de decisiones muy informales: «Una debilidad en la aplicación de este enfoque es la falta de conocimiento a fondo necesario para generar una gama completa suficiente y el detalle de las consideraciones que compiten.»

Las ventajas del cambio deben ser mayores que los contras antes de pasar a la fase de la acción, por lo tanto, el balance es a la vez una medida informal de preparación para el cambio y una ayuda para la toma de decisiones.

Ayudar a tomar decisiones.

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