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Padres coherentes y predecibles
Una de las competencias fundamentales para la creación de vínculos sólidos con nuestros hijos será nuestra coherencia y predecibilidad.
Los padres son los referentes y los modelos principales hasta, al menos, la adolescencia.
Construir lazos afectivos significa también crear un entorno coherente y predecible. Si exigimos a nuestros hijos comportamientos o actitudes que son contrarias a nuestra propia forma de actuar, crearemos dudas y desorientación.
Ser coherentes y predecibles significa que si mamá y papá dicen, por ejemplo, que hay que lavarse los dientes (ellos, papá y mamá) también lo hagan.
Es aconsejable que, incluso cuando se dan conflictos serios en la pareja, seamos capaces de consensuar unas líneas educativas comunes de actuación, independientemente de nuestras diferencias como adultos.
En caso de separaciones sabemos que uno de los peligros que tienen los hijos es el trato diferencial y la manipulación en contra del otro por parte de algunas personas irresponsables o egoístas, dado que anteponen sus propios intereses a los del hijo en común.