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¿Qué hacer ante la baja tolerancia la frustración?
Frente a las conductas rígidas, las conductas resilientes se muestran más funcionales y adaptativas a la hora de gestionar la tolerancia a la frustración.
Educar la conducta resiliente aportará al niño las habilidades cognitivas, conductuales y emocionales que le permitirán una gestión adaptativa de la frustración.
Una de las características fundamentales de la conducta de niñas y niños con baja tolerancia a la frustración es que no aceptan un no por respuesta. Ante esta conducta, y si perseguimos educar la habilidad para afrontar la frustración, se aconseja seguir las siguientes pautas:
a. Muchas veces el educador (padre o tutor) dice no ante cualquier demanda. En ocasiones ese no significa «ahora no puede ser, quizás más tarde…», por lo que antes de responder a su petición se aconseja clarificar la situación y pensar la respuesta (si no se tiene pensada de con anterioridad). Procura gestionar correctamente la situación.
b. No respondas con preguntas.
c. No justifiques ni debatas «en ese momento» sus peticiones, ya que lo único que favorecerás será la discusión y el enfrentamiento, y más si estás tratando con un adolescente. Es mejor dar una respuesta simple y clara, para ello los educadores (padres o tutores) tendrían que tener claros sus principios educativos.
d. Ignora las protestas. Evalúa correctamente la respuesta del niño.
e. Hay que ser firmes, constantes y coherentes en las respuestas que se da al niño porque, de alguna manera, «está midiendo las respuestas de su entorno y quiere ver hasta dónde puede llegar la situación». Siempre cuesta un poco, pero si los educadores (padres o tutores) le muestran claramente que no se va a acceder ante sus peticiones, el niño acabará haciendo lo que se le pide.
f. Avísale de que si sigue manteniendo la conducta tendrá tres avisos, y que si al tercer aviso no corrige su conducta se producirá una consecuencia.
g. Refuerza siempre las conductas de cooperación.
Normalmente estas pautas ayudan a educar la tolerancia a la frustración. Si el niño se muestra resistente a estas pautas y la baja tolerancia a la frustración se mantiene y le ocasiona problemas de relación en casa o en la escuela, puede ser indicativo de la presencia de alguna problemática que deba estudiarse, por lo que acudir al tutor escolar y comentar el caso podría ser un buen punto de partida para abordar el problema en su justa dimensión.
¿Qué hacer ante la baja tolerancia la frustración?
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