suscríbete: Entradas | Comentarios
Mejorar la comunicación con mis hijos
Mejorar la comunicación con mis hijos
Los padres creemos que para comunicarnos adecuadamente con nuestros hijos nos basta el profundo amor que les tenemos, nuestra experiencia de la vida y la necesidad que ellos tienen de ser guiados y corregidos.
Probablemente estos tres ingredientes, junto al sentido común, sean suficientes en muchas ocasiones para mantener una buena comunicación con nuestros hijos. Y tal vez sería un esquema válido si no existieran los sentimientos.
El mundo emocional del niño es tan o más complejo que el del adulto, lo que dificulta el entendimiento entre ambos y hace imprescindible que los padres aprendamos a comunicar para garantizar que decimos lo que queremos decir y, a la vez, escuchamos lo que realmente el niño siente y quiere decir. Esto puede parecer una nimiedad pero en las relaciones cotidianas, los conflictos, la sobrecarga de trabajo y el cansancio, ponen las relaciones entre padres e hijos en constante jaque.
Nosotros, como adultos, confiamos nuestros sentimientos, problemas y ansiedades sólo a aquella o aquellas personas que sabemos que realmente nos prestarán toda su atención y nos escucharán más allá de las palabras. A los niños y a los adolescentes les ocurre lo mismo y, además, son muy sensibles a detectar si realmente los «escuchamos» o los «oímos». Y cuanto más pequeño es el niño, más necesita que prestemos oídos y atención a sus conflictos cotidianos por mucho que, a nosotros, en ocasiones, nos parezcan insignificantes y triviales.
Las palabras que utilizamos como respuesta a las explicaciones de un niño pueden facilitar que continuemos el diálogo o bloquearlo.
Las palabras que elegimos evidencian una actitud de escucha y atención hacia el niño o de ignorancia y desatención. Cuidado con esto !!
Procura mantener una comunicación abierta, basada en la capacidad de escuchar mejor a tus hijos. Escuchar activamente es algo más que percibir con nuestros oídos las palabras que nos envía la persona con la que estamos hablando. Supone estar dispuesto a crear vínculos afectivos y emocionales con el niño, la profundidad con que le ha afectado el problema y la necesidad, manifiesta o no, de hablar de cómo se siente.
También supone respetar y aceptar al niño tal y como es, sin etiquetarlo ni rechazarlo por lo que siente o por lo que hace. Para comunicarnos de manera efectiva con nuestros hijos, es necesario que aceptemos lo que son y lo que sienten, porque de esa manera podrán aceptar que no estemos de acuerdo con la conducta que hacen y serán capaces de confiar en nosotros haciéndonos partícipes de sus pensamientos y de sus sentimientos. La comunicación, planteada de esta manera, mejorará los vínculos y se reducirá los conflictos habituales con los hijos.
ATENCIÓN PSICOPEDAGÓGICA
A DOMICILIO
en Barcelona, Sant Cugat, Sabadell, Terrassa, Vallès Occidental.