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El TDAH a lo largo de la vida
La edad media del inicio de los síntomas se sitúa entre los 4 y 5 años presentando impulsividad, hiperactividad y desobediencia, teniendo propensión a tener más accidentes (Du Paul et al. 2006; Dopfner et al. 2004). El diagnóstico de estos niños puede ser más difícil debido a que estos síntomas son propios de la edad, siendo la intensidad, la frecuencia y la repercusión sobre el entorno lo que orientaría sobre un TDAH. Beitchman et al. (1987) que pacientes preescolares diagnosticados como TDAH tenían más probabilidad de recibir el mismo diagnóstico 5 años más tarde o incluso persistir los mismos síntomas de hiperactividad y desobediencia.
El diagnóstico se suele realizar al comenzar la educación primaria, al aparecer problemas en el rendimiento escolar (deberes incompletos, poco organizados y con errores), se distrae fácilmente, habla impulsivamente, responde antes de acabar la pregunta y presenta una disfunción social (conducta disruptiva en clase, dificultades para aceptar las normas, agresividad, interrumpe y se entromete en todo) (Greenhill, 1998).
En muchos niños los síntomas de hiperactividad tienden a disminuir durante la infancia. La inatención y, especialmente la impulsividad permanecen en adolescentes y adultos.
El tiempo que los niños pueden mantener la atención se incrementa con la edad, sin embargo, en muchos niños con TDAH, éste tiempo tiende a estar por debajo del nivel esperado y del que se necesita para realizar las demandas de la vida diaria. Son más lentos en responder.
En general, la hiperactividad tiende a disminuir mientras que la impulsividad y la inatención permanecen. Muchos jóvenes con TDAH tendrán una buena adaptación en la edad adulta y estarán libres de problemas de salud mental. Un alto porcentaje de niños con TDAH seguirán teniendo síntomas en la adolescencia y en la edad adulta, necesitando mantenerse en tratamiento.
Aunque los síntomas de inatención e hiperactividad pueden persistir en muchos casos, es importante recordar que muchos jóvenes con TDAH tendrán una buena adaptación en la edad adulta y estarán libres de problemas de salud mental. Un buen pronóstico será más probable cuando predomine la inatención más que la hiperactividad-impulsividad, cuando no se desarrollen trastornos de conducta, y cuando las relaciones con los familiares y con otros niños son adecuadas (Guías de Práctica clínica en el SNS, 2009).
Fuente: Hospital Sant Joan de Déu. Trastornos del comportamiento en la infancia y la adolescencia ¿Qué está sucediendo? (2009)
El TDAH a lo largo de la vida. ATENCIÓN A DOMICILIO en Terrassa, Sabadell, Sant Cugat, Cerdanyola, Rubí, Vallès Occidental, Barcelona.