26 / 04 / 2024

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Los medicamentos del TDAH

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LOS MEDICAMENTOS DEL TDAHLos medicamentos del TDAH

En España tenemos disponibles dos medicaciones de primera línea para el TDAH: metilfenidato (que es un estimulante) y atomoxetina (que es un fármaco no estimulante).

Son medicamentos seguros, efectivos y bien tolerados.

Los efectos secundarios suelen aparecer sobre todo al inicio del tratamiento, pero la mayoría de las veces son leves y pasajeros (ceden o disminuyen con el tiempo).

No crean adicción si se toman según la prescripción médica, pero es necesario asegurarse que se toma la medicación a la dosis indicada. Los padres no deben alterar la pauta médica, antes deben consultar con el pediatra o pedir un segundo criterio.

En España están disponibles 3 formulaciones de metilfenidato:

1. El metilfenidato de liberación inmediata tiene efecto durante aproximadamente 4 horas, por lo que se da en el desayuno (7-8h), al mediodía (12-13h) y por la tarde (16-17h), para conseguir que esté sin síntomas durante todo el día.

2. El metilfenidato de liberación prolongada tiene efecto durante aproximadamente 8 horas, y generalmente se da en el desayuno (aunque a veces es necesario una dosis adicional a las 4-5 horas).

3. El metilfenidato de liberación prolongada OROS tiene efecto durante aproximadamente 12 horas, y generalmente solo hay que dar una toma en el desayuno.

Los efectos secundarios más frecuentes son:

1. Disminución del apetito (que puede acarrear una pérdida de peso o falta de la ganancia de peso que correspondería para su estado de desarrollo).
2. Problemas para conciliar el sueño.
3. Dolor de cabeza.
4. Dolor de estómago.
5. Sensación de nerviosismo e irritabilidad.

Estos efectos secundarios tienden a desaparecer en las primeras semanas de tratamiento.

Se han descrito con el metilfenidato otros efectos secundarios poco frecuentes como: taquicardia, hipertensión arterial y alteraciones hepáticas.

Son muy poco frecuentes otros efectos secundarios como: alucinaciones, agitación psicomotriz y pensamientos suicidas (se ha visto que esto puede ocurrir si el niño tiene un trastorno psicótico, enfermedad bipolar, trastorno generalizado del desarrollo o abuso de drogas).

El metilfenidato no aumenta el riesgo de muerte súbita, infarto o accidente cerebrovascular si el niño es sano y no tiene problemas cardíacos previos. Estos efectos secundarios son poco probables pero potencialmente graves, por lo que el médico debe siempre monitorizar el tratamiento de manera estrecha.

La atomoxetina generalmente se toma por la mañana. Se puede tomar por la noche si da sueño o dividir en 2 tomas si produce efectos secundarios. La atomoxetina puede provocar náuseas, disminución de apetito (con pérdida de peso),
mareos o irritabilidad leve.

Al igual que con el metilfenidato, generalmente estos efectos secundarios son leves y desaparecen en las primeras semanas de tratamiento. Aunque es muy poco frecuente, la atomoxetina puede causar alteraciones hepáticas, agitación y pensamientos suicidas. Estos efectos secundarios son poco probables pero potencialmente graves, por lo que el médico debe siempre monitorizar el tratamiento de manera estrecha.

Si el metilfenidato o la atomoxetina, que son los fármacos que se usan en primer lugar, son inefectivos o mal tolerados, el médico puede indicar fármacos de segunda línea como:

1. Agonistas alfa adrenérgicos (guanfacina, clonidina).
2. Fármacos con componente noradrenérgico como: bupropion, venlafaxina, reboxetina.
3. Antidepresivos tricíclicos.

Excepto la guanfacina, estas medicaciones no están aprobadas por los organismos científicos más importantes para el TDAH, suelen ser menos efectivas y provocan más efectos secundarios, que el metilfenidato y la atomoxetina. Sin embargo, cuando no funcionan los fármacos de primera elección, es necesario su utilización.

Es necesario que el niño tome la medicación todos los días, incluidos los fines de semana y vacaciones. No sólo sirve para el colegio y los estudios, sino que también es útil para que se centre en el juego, en una conversación con amigos, o viendo una película con sus padres.

Se puede considerar «descansar» de la medicación si aparecen efectos secundarios. En este caso, también se puede disminuir la dosis en épocas de menor exigencia.

La medicación debe continuarse siempre que le sea útil al niño y disminuya sus síntomas de TDAH (ya que sin tratamiento, estos síntomas interfieren en su funcionamiento y dificultan enormemente el abordaje psicoeducativo.

Los síntomas de TDAH disminuyen con el tiempo, y algunos pacientes llegan a «compensar» los síntomas que les quedan o «síntomas residuales», y no siguen necesitando la medicación.

Son indicadores de que se puede suspender la medicación:

1. Si ha permanecido sin síntomas en el último año (tomando medicación).
2. Cada vez está mejor, pese a no aumentar la dosis.
3. «No se nota mucho» si en algún momento se olvida de alguna toma.
4. Ahora tiene más capacidad de concentración.

Antes de considerar cualquier tipo de tratamiento «alternativo» para el TDAH, hay que buscar información sobre ese tratamiento y preguntar al médico.

Algunos de los tratamientos alternativos que se ofrecen para el TDAH son: dietas especiales, suplementos de hierbas, tratamientos homeopáticos, terapia visual, tratamientos quiroprácticos, tratamientos para la candidiasis, fármacos para los mareos, entrenamiento con metrónomo, estimulación auditiva o la quinesiología aplicada (la realineación de los huesos del cráneo). Estos tratamientos no han demostrado ser efectivos según distintos estudios.


 Los medicamentos del TDAH.

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