Dar una negativa o decir «no»

La habilidad para rechazar las peticiones de los otros o negarse de manera que no se sientan personalmente rechazados, castigados o humillados requiere previamente una expresión adecuada de nuestro sentimientos en relación con la petición que nos hacen.

El otro siempre se sentirá mal delante de cualquier respuesta  nuestra si su percepción es negativa. Es decir, sus sentimientos dependen de él.

Es muy importante que la negativa se exprese en términos adecuados, independientemente de la respuesta del otro, ya que son muchos los momentos en la vida en los que nos tenemos que defender asertivamente de las presiones externas. Si no lo hacemos, lo más probable es que nos sintamos frustrados y resentidos, y en todos los casos, impotentes.

Cuando aprendemos a decir «no» es importante saber escoger las palabras adecuadas para expresarnos de manera correcta en el momento oportuno. Esto implica expresarnos sin culpar o acusar, centrando el mensaje en nuestra opinión, sentimientos o decisión.

Cuando defendemos nuestro derecho a decir «no», los otros conocerán cuáles son nuestros sentimientos, nuestras opiniones y decisiones, y esto suele implicar sentimientos positivos. Por otro lado, la probabilidad de no tener que repetir la situación aumenta. En caso contrario, si no informamos o informamos de manera inadecuada, la posibilidad de perpetuar la situación aumenta, ya que el interlocutor no conocerá cuáles son nuestros deseos, nuestra opinión o nuestra decisión. Delante de una negativa correcta y la expresión adecuada de sentimientos, aumenta la posibilidad de que no nos vuelvan a hacer la petición que estamos rechazando.

Dar una negativa o decir «no».

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