Padres agredidos por sus hijos

La violencia filo-parental va en aumento y cada vez a edades más tempranas.

Se suele pensar que la violencia filo-parental (VFP) se da en las clases bajas, y los estudios indican que afecta sobre todo a familias de clase media y media alta (K. Kapper Ira.  Jornada de VFP 2014). Pero no es tanto el poder adquisitivo de estas familias, sino los valores en los que estas familias educan los que generan la VFP.

Según los estudios la edad media de los niños que agreden a sus padres es de 16 años. Las estadísticas europeas reflejan que los agresores son cada vez más jóvenes y numerosos pese a que existe un gran secretismo: las víctimas, que en su mayoría suelen ser las madres, se sienten culpables. Si es difícil denunciar a tu pareja, lo es más denunciar a tu hijo.

La violencia no sólo es física, también es psicológica: gritos, insultos, menosprecio, robos, romper las cosas que tienen valor para el otro. En el cien por cien de los casos hay adicción a las pantallas. Sustituyen sus carencias con los aparatos.

Cuando hay restricciones reaccionan con violencia; pero es un problema de límites, de saber gestionar las emociones y la poca tolerancia a la frustración. Ante un no reaccionan con violencia.

Educamos en la violencia a través de la tele y los videojuegos; y en muchos ámbitos (política, fútbol, cine…) la violencia es un tipo de comunicación más, incluso valorada.

Va subiendo la temperatura y nos damos cuenta de que hervimos. Es en ese momento en el que tenemos que saber gestionar las emociones (concederse tiempo para hablar, por ejemplo, durante la cena y con la tv apagada nos permitirá educar a nuestros hijos, ya que podremos hablar de nuestras cosas y de sus cosas. Esto, en sí mismo, es educativo y preventivo de conductas violentas.

Fuente: Extracto y ampliación de la entrevista realizada por Imma Sanchís a Karolin Kapper. La Vanguardia. La Contra 13/10/2014

 Padres agredidos por sus hijos. Pautas para madres y padres

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