19 / 04 / 2024

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Adolescencia y toma de decisiones

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ADOLESCENCIA Y TOMA DE DECISIONES¿Por qué la toma de decisiones resulta un eterno «aplazar» para muchos adolescentes?

La respuesta aborda la relación conflictiva entre la toma de decisiones y la preservación de la libertad. La decisión que adopte el adolescente afectará «su aquí y ahora», su libertad de estar haciendo una cosa u otra. En esta relación conflictiva las emociones y el diálogo interior juegan un papel decisivo.

La libertad, el poder elegir, es una acción que nos hace crecer y madurar haciéndonos responsables de nuestros actos. Debemos propiciar que los adolescentes se enfrenten a esta realidad: «toda elección conlleva una ganancia y una renuncia.»

Para una persona joven, esta realidad humana es muy difícil de aceptar: conforme madure irá apreciando cómo todas las decisiones van a condicionar su vida. No podemos, por tanto, pedir a un adolescente que vea esta realidad; pues comienza ahora a hacerse del bagaje de experiencias necesario.

Es por eso que algunos jóvenes prefieren ser soñadores. Los sueños no requieren ningún compromiso. Al menos pueden mantener el mundo de posibilidades que el sueño les ofrece, con el mínimo coste emocional. El problema aparece cuando esta «ensoñación» se enquista en la vida del adolescente, distanciándolo de la realidad y facilitando la aparición de conductas de evitación o huida; o llegando a poner las bases para ser un indeciso crónico. Es por eso que es muy sano hacer con ellos, de vez en cuando, una cura de realismo.

En el proceso de toma de decisiones los adolescentes luchan con la indecisión y la ambivalencia. Esta lucha los puede llegar a paralizar.

Toda decisión se realiza a partir del cálculo emocional según el cual lo que se gana y lo que se pierde tienen pesos diferentes. Calibrar estos pesos es de gran dificultad para el adolescente y provoca indecisión y ambivalencia. Cuanto más tiempo oscila (indecisión) en su cálculo, más incapaz (ambivalencia) es de tomar una decisión. Es fácil que, por cansancio o ausencia de recursos, se decida por el aplazamiento, la inacción o por la acción con menor coste emocional (malestar) le suponga.

Hay que reflexionar con los adolescentes para que acepten tres limitaciones en la toma de decisiones.

En primer lugar, la libre elección nunca es libre, porque viene marcada por elecciones anteriores. Toda elección tiene consecuencias.

En segundo lugar, decide cómo quieres vivir tu vida. Como quieras vivirla condicionará tus elecciones.

En tercer lugar, no hay garantía de que nuestras elecciones nos permitan conseguir lo que queremos. Toda elección puede tener consecuencias impredecibles. Elegir es un juego de azar. Y es tu vida la que está e juego. Elige bien.

Adolescencia y toma de decisiones.

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