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Miedo a los animales
Pautas para ayudar al niño a enfrentarse al miedo a los animales
1.- Hacer conjuntamente con el niño un listado de los animales que le dan miedo y le pedimos que les dé una puntuación de 0 a 10, según sea el temor que le producen. Hay que tener en cuenta que podemos evitar el contacto con algunos animales, como las serpientes, los murciélagos o las ratas, sin que eso nos incapacite en absoluto, dada la poca frecuencia con que vamos a encontrárnoslos. Otra cosa será si hablamos de animales domésticos, con los que todos, en mayor o menor medida, tenemos contacto.
2.- No demos razones al pequeño sobre lo que hay que hacer para que desaparezca su miedo, hagamos caso omiso de su comportamiento y, cuando veamos al animal que teme, vayamos directamente a acariciarlo. Mientras, podemos contarle las sensaciones positivas que produce sin pedirle que lo haga él. Se trata de convertirnos en un modelo al que pueda imitar.
3.- No esperemos que en el primer intento se acerque a tocar al animal que teme. Todas las actuaciones le acercarán poco a poco al objetivo.
4.- No le pediremos que se acerque solo y le reforzaremos o premiaremos que se mantenga tranquilo. Al principio se quedará a cierta distancia observando como su padre o su madre juegan con el animal. Habrá que alabar el que se mantenga en su sitio sin irse ni hacer aspavientos.
5.- En los siguientes pasos, intentaremos que disminuya la distancia entre ambos, aunque no llegue a tocarlo.
6.- Más adelante, el padre o la madre cogerán al niño de la mano para que se acerque, pero será el adulto quien toque al animal mientras explica: «- Mira cómo mueve el rabo: está contento. Tiene un pelo muy suave. Le gusta acercarse a mi porque quiere que juguemos». No debemos pedirle directamente al niño que lo haga él, sólo señalarle lo cerca que está del animal. Es esperable que disminuya la distancia.
7.- Nos acercaremos con el niño, esta vez sin cogerle de la mano, y una vez delante del animal, tomamos su mano para que lo toque. Al principio sólo tocar y retirar; luego permaneceremos con la mano en su pelo mientras el pequeño cuenta las sensaciones que tiene.
8.- Por último, le animamos a que se acerque él solo y lo acaricie. Hay que enseñarle a preguntar primero a sus dueños si puede hacerlo, así le evitaremos experiencias que puedan afectar su proceso de enfrentamiento al miedo. Tenemos que premiarle cuando lo consiga.
Acciones que aproximan al objetivo:
– Hacerle conocer al animal que le da miedo a través de películas, fotografías y libros de información, cuanto más reales mejor. Es preferible utilizar fotos de animales reales que dibujos o animaciones.
– Facilitarle experiencias donde pueda ver a amigos suyos jugando con animales y señalarle lo bien que se lo pasan. Dejarle que observe desde cierta distancia. Pasar una tarde con amigos que tengan un animal doméstico.
– Enseñarle las señales que manda un animal cuando se pone agresivo o poco amigable (se le eriza el pelo, enseña los dientes, saca las uñas, ladra. etc.) para que sepa cuándo no tiene que acercarse con el fin de evitarle experiencias negativas que puedan retrasar su proceso de superación del miedo.
Lo importante es no forzar al niño a tocar o relacionarse con el animal. Si seguimos el método paso a paso, acabará acercándose por imitación, aunque puede ocurrir que, a pesar de perder el miedo, nunca sea un gran amigo de los animales.
Miedo a los animales.
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