19 / 04 / 2024

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¿Formación Profesional o Bachillerato?

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CICLOS FORMATIVOS O BACHILLERATO

¿Formación Profesional o Bachillerato?

Unos padres me han pedido que escriba mi opinión sobre la elección que debe tomarse al finalizar la Enseñanza Secundaria Obligatoria (a los 16 años en España) entre realizar un Ciclo Formativo (en adelante CF) o seguir estudios de Bachillerato.

Desde mi punto de vista:

1.- Debemos orientar desde la Enseñanza Secundaria Obligatoria

No es tanto dónde deben o quieren ir nuestros adolescentes, sino cómo deben hacer el camino. «- ¿Qué le gusta? ¿Qué sabe hacer?, ¿Dónde quiere ir?» Debemos favorecer el autoconocimiento del alumno, hacerle consciente de sus competencias.

2.- Debemos acompañar en la decisión

La escucha activa con los adolescentes es fundamental. Para acompañar en la decisión tenemos que conocer y escuchar a los hijos. No solemos escucharlos de forma correcta y muchos padres no conocen a sus hijos. Igualmente, para orientarlos de forma correcta, tendremos que buscar el consenso con la escuela o instituto.

Debemos educar a nuestros hijos para que puedan tomar una decisión apartada de las modas o los prejuicios. Los CF con oferta laboral son estudios que presentan posibilidades reales de empleo si se elige bien. Persiste, aunque cada vez menos, la creencia equivocada de que en los CF «no se estudia» o van a parar los «malos estudiantes».

En España, los CF tienen una duración de 5 años y los estudios de Bachillerato de 4 años. Es verdad que en nuestro Estado hay poca conexión entre los Ciclos Formativos y los estudios de Bachillerato, pero más allá de su duración y sus modalidades, debemos mentalizar a nuestros hijos sobre la idea de que en una sociedad en continuo cambio, la formación debe ser también continua y que estudiar, más allá de acceder a una titulación o a un trabajo, es querer conocer.

3.- Debemos desdramatizar

Generalmente ponemos mucho dramatismo en esta decisión, esperamos mucho y proyectamos nuestras frustraciones. Debemos ser conscientes de que las personas, el mundo y los perfiles profesionales se transforman. Las tasas de cambio en las universidades son altísimas, reflejo del cambio de orientación que toman muchos estudiantes. El adolescente cambia con facilidad. El/ella va formando su itinerario a partir de sus expectativas y de las experiencias vividas. Debemos promover actitudes y valores por encima de las meras expectativas económicas y/o académicas.

4. Son las personas, y no las carreras, las que tienen salidas

No pensemos en las salidas de las carreras. «- Son las personas las que tienen las salidas». Esta es una buena frase para comentar con nuestras chicas y chicos durante la Enseñanza Secundaria Obligatoria.

Las aptitudes (capacidades), pero fundamentalmente las actitudes (predisposiciones) determinan nuestra conducta.

Cualquier empresa sensata valora el perfil social y laboral del candidato. Su formación, pero también, y especialmente, su experiencia social, son aspectos muy a tener en cuenta en los procesos de selección. «Sólo» haber estudiado es algo que normalmente las empresas no valoran como positivo.

Procura que tu hija/o pueda tener algún tipo de contacto y experiencia con perfiles profesionales y entornos laborales.

5. Debemos acercar nuestras expectativas a la realidad

Disponer de buena información es básico para evaluar las tendencias y los contextos socioeconómicos y profesionales. Los padres deben informarse sobre la realidad.

En España llevamos décadas con una pirámide socioeducativa invertida. Tenemos más personas sobrecualificadas que las que el sistema productivo es capaz de absorber. Por eso, el «éxito social» o el simple «encontrar un trabajo», no dependen automáticamente de los estudios realizados. Las curas de realismo son muy sanas.

En Catalunya (España), haciendo un Ciclo Formativo, se puede acabar trabajando en dos años y luego, con un curso puente, acceder al Grado Superior y continuar por esa vía los estudios universitarios (si es que se trata de llegar a la universidad). A la universidad llegan alumnos de ambos grupos, con sus ventajas e inconvenientes. El Bachillerato proporciona una amplia base cultural y académica, mientras que los alumnos de CF están formados para «trabajar»; en este sentido, si realizan estudios universitarios, suelen presentar un perfil más maduro que los alumnos procedentes del Bachillerato, aunque la base cultural sea, evidentemente, menor.

Pese a las pocas y confusas conexiones entre los C.F y el Bachillerato, existen vías o puentes entre ellos. Una opción interesante es la de completar el Bachillerato y luego acceder a los C.F. La universidad siempre puede esperar un poco. Pero claro, ésta es sólo mi opinión, y cada adolescente y su familia toman la opción que creen más adecuada a sus intereses y realidades.

En cualquier caso, la orientación que podáis encontrar durante la Enseñanza Secundaria Obligatoria os será de gran ayuda. Procurad estar atentos a esto.


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