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Apego monoparental
Apego monoparental
La familias monoparentales deben trabajar adecuadamente los procesos de vinculación dado que uno de los progenitores no está presente. Saber percibir las emociones (los signos emocionales) de nuestros hijos constituye uno de los pilares en que se sustentan los vínculos sanos y sólidos. La empatía parental constituye así la base del vínculo.
Pero la sobreprotección o la excesiva dependencia de una persona podría aparecer con facilidad.
La sobreprotección supone reducir la autonomía y capacidad de frustración del niño. Los padres sobreprotectores (también llamados “guarda espaldas”, “helicópteros” o “quitanieves”) intervienen a la mínima señal de problema, nunca responsabilizan al niño de las consecuencias de sus conductas y siempre le sacan las castañas del fuego.
No hay que confundir dar atención afectiva y soporte emocional incondicional con crear una estructura de funcionamiento donde al niño se le impida realizar determinadas actividades por temores irracionales de los adultos (según edad: no ir de excursión con el colegio, no efectuar salidas que no sean con la madre, etc.). Debemos ser capaces de proporcionar seguridad y afecto, pero también autonomía.
Se debe resaltar la importancia que terceras personas pueden asumir en estas familias. Abuelos, tíos, etc., pueden constituirse, según las circunstancias, en figuras importantes de vinculación. También estas personas deberían considerar los aspectos relativos a la creación de vínculos.
En ocasiones, las familias monoparentales evolucionan hacia segunda familias.
Apego monoparental. ATENCIÓN A DOMICILIO en Terrassa, Sabadell, Rubí, Sant Cugat, Cerdanyola, Barcelona, Vallès Occidental.