Vinculados para siempre

Vinculados para siempre

La vinculación es un sistema complejo de intenso apego entre padres e hijos que se inicia durante la gestación y acompaña a la persona durante toda la vida.

El instinto de protección del adulto (padre, madre o tutor) proporciona al niño los cuidados, la alimentación, el afecto y la protección que el niño necesita. Es en el ejercicio de este instinto en el que se genera el apego y la vinculación afectiva.

Los fuertes lazos entre padres e hijos proporcionan el primer modelo de relaciones íntimas y fomentan la sensación de seguridad y la autoestima positiva necesarias para un desarrollo sano del niño.

La Teoría del Apego (J. Bowlby 1958) se centra en las relaciones y los lazos entre las personas, en particular las relaciones a largo plazo, incluyendo las que existen entre padres e hijos y entre parejas románticas. Esta teoría se convirtió en el abordaje dominante para entender el desarrollo social temprano, y dio origen a un gran aumento de investigación empírica sobre la formación de una estrecha relación en los niños.

Para Bowlby «el recién nacido y el niño deben experimentar una relación continua, íntima y cálida, con su madre (o madre sustituta permanente) en el que ambos puedan encontrar tanto satisfacción como placer, su falta puede acarrear consecuencias significativas e irreversibles para la salud mental.»

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