Educar la perseverancia

La perseverancia tiene como principal recompensa el sentimiento de habernos superardo a nosotros mismos. Si somos capaces de reconocer en los niños esa superación, estaremos educándolo en la perseverancia y fortaleciendo su voluntad.

Perseverar forja el carácter y nos ayuda a conocernos más, a descubrir nuestros límites y a aprender a tomar decisiones.

Para educar la perseverancia tendremos que:

• Educar el establecimiento de objetivos, pues la perseverancia es una guía que conduce a un fin. Y los objetivos permiten tomar perspectiva.
• Educar la autoestima, en tanto que perseverar significa creer en uno mismo y en los propios valores.
• Educar el autocontrol, en tanto que regulador de la actividad y afrontamiento de la frustración.
• Educar el esfuerzo, en lo que supone de mantenimiento sostenido del mismo.
• Educar la resiliencia, en lo que supone para afrontar sin rupturas la realidad.
• Educar la firmeza, ya que perseverar requiere mantener prioridades.
• Educar la dedicación, en lo que supone de tiempo y renuncia a otras actividades.
• Educar el tesón, en tanto que insistencia sobre la consecución de las pequeñas metas.
• Educar la flexibilidad, en tanto que adaptabilidad a situaciones cambiantes.
• Educar la constancia, en tanto que conducta sostenida en el tiempo.
• Educar la pro-acción, en tanto que anticipación de acciones.
• Educar la acción en sí misma, en tanto que tiende a ser autotélica.

La perseverancia tiene dos grandes enemigos que llevan a la persona a la parálisis: la infravaloración y la procrastinación (pereza).

 Educar la perseverancia. Pautas para madres y padres.

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