Criterios para elegir una escuela

Criterios para elegir una escuela.

1. Situación económica y situación geográfica. Esto son los condicionantes previos que las familias deben tener claros en un primer momento y que ayudarán a restringir el abanico de posibilidades en la elección de la escuela por lo que «es necesario tener en cuenta cuál es la capacidad económica real de la familia y el lugar de residencia o de trabajo de los padres y madres. Así se hará posible la compatibilidad y la coordinación entre los miembros de la familia de la manera más relajada posible».

2. Proyecto educativo y línea pedagógica. «Es uno de los aspectos más relevantes en los que los padres deben fijarse». Hay que informarse de los proyectos didácticos que se desarrollan en el centro o en el que la escuela participa, cómo agrupa los estudiantes, cómo se trabajan diferentes áreas, cuál es el papel de los deberes en la dinámica didáctica de la escuela, etc. En definitiva, «es muy importante hacer todas las preguntas que sean necesarias respecto a su contenido (tanto de lo que hay como de lo que no encontramos) y pensar si como familias nos sentimos identificados».

3. El equipo de maestros y la dirección. «Este aspecto es uno de los más determinantes para la experiencia educativa de los niños». Es recomendable observar si el equipo de maestros y la dirección trabajan coordinadamente, cuál es el valor que dan a su trabajo, si entienden su actuación educativa como un proceso global e integral, que va mucho más allá de un ámbito de conocimiento o de su asignatura. «Es importante que el profesorado hable a las familias de educación y de desarrollo integral de la persona, más allá de la importancia de las matemáticas, la historia o el lenguaje», y también hay que «poner atención en el equipo de maestros global, más allá de lo que tendrá inmediatamente nuestro hijo en P3, primero de ESO, etc.»

4. Titularidad del centro: público, privado, etc. Hay que entender qué significa que un centro sea público, concertado o privado, confesional o no, y decidir en consecuencia. En este sentido, «quizá lo que conviene más es ser coherente con los principios y valores de cada familia». A veces las familias se sorprenden por determinadas actividades de la escuela, que no saben cómo interpretar o defender ante los hijos. «Si la familia comparte los principios de una escolarización, por ejemplo, pública, o confesional, será mucho más fácil que el hijo perciba el compromiso de la familia y la escuela en una misma dirección, en la que él es el protagonista».

5. Conocer la comunidad de alumnos. Además de averiguar qué número de alumnos y cuántas líneas tiene la escuela, «es importante saber si un centro tiene una comunidad de alumnos muy homogénea o, por el contrario, heterogénea», «sin duda, un conjunto de alumnos diverso reflejará mucho más en la práctica lo que es la sociedad, y la experiencia educativa de los alumnos también puede convertirse en mucho más rica».

6. Emplazamiento y entorno de la escuela. Es aconsejable saber el camino que el niño tendrá que hacer para ir a la escuela, ¿cómo es el barrio donde está el centro educativo?, las características de las calles, la regulación del tráfico y las características de la población. Prestar atención «en los equipamientos y servicios cerca del centro y en las entidades o asociaciones del entorno que colaboran activamente con la escuela».

7. Las instalaciones. No deben ser determinantes, pero es conveniente que el centro disponga de espacios apropiados para el ocio, el descanso, el aprendizaje, etc. Más allá de los aspectos físicos del aula (el tamaño, la luz, el tipo de mobiliario, su comodidad, seguridad, etc.), hay que observar los que tienen más que ver con la pedagogía: cuáles son los materiales y recursos que se utilizan y de qué manera, cómo están dispuestas las mesas y las sillas, qué espacio ocupa el profesor, etc. En este sentido, hay que «saber entrever si se incentiva la responsabilidad y la autonomía para conseguir un comportamiento apropiado de los alumnos más que la prohibición como elemento principal para conseguir las actitudes deseadas o, mejor dicho, inhibir las no deseadas».

8. Actividades complementarias. «Hoy en día es necesario que la escuela sea un ente abierto al entorno y entienda la educación como un proceso comunitario, por lo que se debe tener en cuenta cuáles son las actividades complementarias que ofrece el centro y qué articulación tiene con el resto del contexto sociocomunitario y los diferentes agentes educativos «. «Fijarse en si estas actividades se plantean con seriedad y rigor, porque a veces son meramente un» parking infantil «, y desde el punto de vista educativo pueden ser igual o más importantes que las horas que los niños pasan a la escuela en horas lectivas». Y es que «de educación sólo hay una, y es importante que toda la influencia educativa que reciben los niños sea lo más compartida, coordinada y articulada».

9. Dejarnos aconsejar, pero con límites. Para los padres puede ser una estrategia que les ayude a tomar una decisión. «Es importante saber qué dicen otras personas de la escuela, especialmente las familias y los alumnos que están, pero debemos tener en cuenta que hay que discernir muy bien cuáles son los criterios a partir de los cuales los demás se hacen su opinión».

10. ¿Cómo es nuestro hijo y nuestra familia? Una vez se han revisado las opciones anteriores, se recomienda «mirar el hijo y la propia familia y ver cuál es la escuela que puede responder más bien a su carácter, su idiosincrasia, y cuál es la que puede ayudar más a crecer y desarrollarse como persona». Es básico «no olvidar que los niños van a la escuela cada día para ser felices y pasarlo bien», y es que «son los adultos los que piensan en términos de desarrollo integral, de socialización, de inversión de futuro, etc.»

Después de la búsqueda de información y de haberla sopesado, los padres deberán elegir en consecuencia. «Y, una vez tomada la decisión, deberán mostrar confianza en su criterio y mostrar confianza en sus hijos e hijas, porque serán ellos los que acabarán de hacer posible que la opción sea un éxito».

Fuente: Guillermo Bautista y Beni Gómez-Zúñiga. Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC (Universitat Oberta de Catalunya, 2015)

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