26 / 04 / 2024

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Estudiar con o sin música

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ESTUDIAR CON MÚSICAEstudiar con o sin música

Esta pregunta la formulan muchos estudiantes. La respuesta varía según los autores. Frecuentemente se les dice que la música roba atención al estudio y que, por consiguiente, es perjudicial para el mismo. ¿Qué hay de cierto en todo esto?

Evidentemente, la música vocal actúa como distractor externo al concentrar sobre ella la atención del estudiante, que sigue la letra o se fija en ella hasta terminar aprendiéndola. En la música instrumental puede actuar este factor, si el tema es pegadizo, o inhibirse si es monótono; pero las variedades que hacen aconsejable o desaconsejable la utilización de una melodía son otras.

Experimentos realizados con vacas demuestran que, cuando se las somete a un medio ambiente con música barroca, dan más leche de la habitual en ellas, y que, si la música que escucha es rock, su producción de leche baja. ¿Por qué ocurre este fenómeno? La música de rock pone en tensión a las vacas y, al contraerse los músculos, éstos dificultan la expulsión de leche. Por el contrario, la música barroca relaja a la vaca y hace que toda la leche baje hacia el fondo de las ubres.

Experimentos realizados con plantas indican que con música barroca éstas crecen más deprisa, echan raíces más profundas y se inclinan hacia la fuente musical; mientras que la música de rock destroza sus órganos internos y las plantas terminan secándose.

Si el empleo de la música modifica el comportamiento de los animales, el de las plantas e incluso el de la materia inerte, ¿no influirá también en el comportamiento y rendimiento psicofísico de los humanos?

La música es un tipo de energía que, a través de sus ritmos, influye en los órganos de los seres vivos e incluso de la materia inerte y condiciona un tipo de respuesta. Desde muy antiguo se conocen y se utilizan los efectos de la música sobre el ánimo humano, pues mente y cuerpo no son independientes, sino que se interrelacionan e influyen mutuamente. Así el ritmo de las marchas militares se utiliza para encender el ánimo del guerrero, y la canción de cuna para relajar y dormir al pequeño.

Pero, si sabemos que la mente sólo se concentra en una actividad, ¿acaso no es un contrasentido escuchar música y estudiar al mismo tiempo? Si el ambiente ideal para estudiar es el de la concentración y esta se ve favorecida por la relajación, todas aquellas técnicas que aminoren los ritmos mente-cuerpo y conduzcan a esa situación de concentración y relajación estarán proporcionando el ambiente ideal de estudio.

Según Sheila Ostrander (1), existe un tipo de música lenta que contribuye a crear en el alumno un clima de concentración relajada, estado psicofísico en el que debe situarse el estudiante para lograr el óptimo rendimiento escolar. Esta música se caracteriza porque su ritmo gira en torno a los 690 tiempos en compases de 4X4 por minuto. Los «adagios» (entre 66 y 76 tiempos por minuto), los «larghettos» (entre 60 y 66) y especialmente los «largos» (entre 40 y 60) son las composiciones musicales que reúnen esas características.

¿Podemos sustituir esta música instrumental por cualquier otra?

Depende. La música instrumental del barroco, de ritmo lento, no es sólo una simple música de fondo ni tiene que ver con los gustos personales; sino que, al aminorar los ritmos biológicos: presión sanguínea, pulso, respiración, ondas cerebrales, etc., provoca el deseado estado psicofísico de «concentración relajada». Si utilizamos otros tipos de composiciones musicales (como «allegro», de 120 a 168 tiempos por minuto, «andante», de 78 a 108), los efectos serían contraproducentes, pues producen en el sujeto un estado de excitación, más elevado del que se requiere para el estudio, y le desconcentrarían.

En resumen, la música de compositores del Barroco (Bach, Corelli, Haendel, Telemann, Vivaldi, Albinoni, etc.), con un ritmo lento, en torno a los 60 tiempos por minuto, favorece el estudio y la memoria al producir en el sujeto un estado psicofísico de concentración relajada. Las composiciones en las que predominen otros movimientos pueden perjudicar el rendimiento en el estudio. La música vocal actúa como un distractor que dificulta seriamente la concentración  y el rendimiento en el estudio. Las composiciones de música clásica, que no sean del Barroco, es de suponer que, si se someten a las condiciones citadas, han de producir también efectos semejantes.

El volumen de audición ha de ser bajo, inferior incluso al de la música ambiental, ya que, de otro modo, se correría el riesgo de que la música se constituyese en el principal foco de atención, y entonces sí disminuiría la concentración del estudiante, que terminaría atendiendo a la misma. No se trata, pues, de escuchar música y estudiar al mismo tiempo, la mente no ha de concentrarse en los temas musicales, puesto que el objeto de esta música de fondo no es atraer la atención hacia ella, sino influir sobre la mente y el cuerpo del estudiante aminorando sus ritmos biológicos, colocándole física y mentalmente en la situación ideal para estudiar.

(1) Ostrander, Sheila. Super-aprendizaje. Barcelona. Grijalbo, 1987

Fuente: Salas Parrilla, Miguel. Técnicas de estudio para Secundaria y Universidad. Madrid. Alianza Editorial, 2014


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