El desarrollo cognitivo del niño a los 2 años

El desarrollo cognitivo del niño a los 2 años.

Cuando tu hijo está jugando, ¿te has dado cuenta de cómo se concentra en todo lo que hace?. Fíjate bien. Cada juego o tarea es para él una propuesta de aprendizaje, una forma de incorporar toda clase de informaciones sobre cómo funciona el mundo que le rodea. Además, sabrá utilizar lo que ya ha aprendido para tomar decisiones y encontrar soluciones a los retos que le planteen esos juegos o tareas. De todos modos, tu hijo sólo manifestará interés por aquellos problemas que sean apropiados para su nivel de desarrollo y aprendizaje. Por lo tanto, si le ofreces un juguete que le encantaba cuando tenía sólo siete meses, es muy probable que lo ignore por completo, y que, si le propones un juego muy complicado desconecte automáticamente. Le atraerán especialmente los dispositivos mecánicos, como los juguetes de cuerda o de pilas o los que tengan interruptores, palancas y botones. Quizá te cueste saber exactamente con qué puede jugar tu hijo, pero puedes estar tranquilo: a él no le costará nada saberlo.

A esta edad, la imitación es una parte muy importante del aprendizaje. En lugar de limitarse a manipular y explorar los utensilios domésticos que caigan en sus manos, como hacía antes, tu hijo utilizará el peine para peinarse, balbuceará al coger el auricular del teléfono, dará vueltas al volante de su coche de juguete y lo empujará hacia delante y hacia atrás. Al principio, él será la única persona que participará en estas actividades, pero después irá incluyendo a otros jugadores. Por ejemplo, es posible que peine a su muñeca, le «lea» un libro a usted u ofrezca una bebida ficticia a su compañero de juegos.

Bastante antes de cumplir dos años, tu hijo será un experto en juegos que implican esconder y encontrar cosas y será capaz de recordar dónde está un objeto mucho después de haberlo escondido.

Cuando tu hijo domine el escondite y otros juegos que implican esconder y buscar cosas, también reaccionará mejor ante las separaciones. Del mismo modo que sabe que el objeto escondido está en algún sitio a pesar de que él no lo pueda ver, sabe que tú siempre acabas volviendo. Además, si le explicas a dónde vas cuando te marchas de casa ( a trabajar, al supermercado, por ejemplo), tu hijo se podrá hacer una imagen mental de dónde estás, lo que contribuirá a que la separación le resulte todavía más fácil.

A esta edad, tu hijo actúa como un director, indicándote qué rol quiere que desempeñes en sus actividades. A veces te traerá un juguete para que le ayudes a ponerlo en marcha; otra te lo quitará de las manos para intentarlo él solo. A menudo, cuando crea que ha hecho algo especial, tu hijo se parará y esperará tus aplausos. Si respondes adecuadamente a estas pistas, le darás el apoyo y el ánimo que necesita para seguir aprendiendo.

También deberás proporcionarle el sentido común que todavía no tiene. Es cierto que ahora sabe cómo funcionan algunas cosas, pero todavía no domina plenamente la noción de consecuencia. Por lo tanto, aunque es posible que sepa qué es lo que ocurriría si su coche de juguete rueda por una pendiente muy empinada, no puede predecir qué ocurrirá si acaba aterrizando en una calle de mucho tráfico. Aunque sabe que una puerta giratoria da vueltas, es incapaz de anticipar que, según donde ponga la mano, le puede pillar un dedo. Y, aunque tu hijo ya haya pasado antes por esa dolorosa experiencia, es posible que no asocie el dolor a la cadena de acontecimientos que lo provocó y la próxima vez no recordará esa secuencia. Hasta que tu hijo no tenga sentido común necesitará que veles por su seguridad.

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