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Educar el uso del dinero
Educar el uso del dinero no es tarea fácil en una sociedad consumista y en crisis, pero es necesario atender a unos mínimos principios.
- Hasta los 10 años.
Juega a comprar en una tienda y que tu hijo haga de tendero o comprador. Le gustará más hacer de tendero (no me preguntes por qué). Haz una tienda en la cocina o aprovecha algún punto del recorrido desde el cole a casa (convierte un banco público en una tienda) y enséñales a comprar.
Contad su dinero. Contar sirve para aprender sobre las matemáticas y sobre el dinero. Ilustra el valor mediante el uso de monedas de verdad.
Recorta cupones. Cuando haya cupones disponibles recórtalos, ayúdale a sumar lo que economizan, deposita parte de lo economizado en una hucha.
Las “pagas”. Puedes empezar haciéndolo una vez a la semana. Su guía acerca de cómo administrar el dinero es más importante que el dinero en sí. Mientras más jóvenes empiecen los chicos a aprender esto, mejor. Anímalos a ahorrar para perseguir objetivos a corto plazo que sean alcanzables. Se debe aprovechar estas circunstancias para enseñarles el valor del trabajo, instándoles a realizar pequeñas tareas remuneradas para aumentar sus ahorros. A veces, no hay que evitar que el niño se gaste todo su dinero en una compra sin sentido. Ellos también aprenden de sus propios errores. Permitirles ganar dinero, administrarlo y aprender de dicha experiencia. Los pequeños errores que cometan los ayudarán a aprender y comprender cómo evitar errores mayores en un futuro. Además, aprenderán que el dinero de la paga tiene que durarles una determinada cantidad de tiempo, con lo que estarás educando varios aspectos simultáneamente (autocontrol, aplazamiento de la recompensa, automotivación, etc.)
- Entre los 11 y 15 años:
Cuando los chicos llegan a esta edad, podrás detectar si tienen instinto para el dinero, o si necesitan de más ayuda. Si los tuyos caen en la segunda categoría, prueba lo siguiente:
Trabaja con un presupuesto: ayúdalos a elegir sus objetivos. Establece reglas sobre qué cosas son admisibles y qué no. Ayúdales a decidir y a elegir prioridades. Conversa con ellos acerca de gastos inteligentes.
Busca ofertas: Anímalos a buscar ofertas en los diarios o en las propias tiendas. Se consciente de que muchas “ofertas” esconden grandes injusticias humanas, sociales y/o ecológicas. Comenta esto con tu hijo. Lo educarás en un consumo socialmente responsable.
Negocia una “paga” mayor: Pídeles que hagan una lista de sus gastos, revísalos. Establece prioridades y concreta qué es lo que quieren que cubra su paga. Conversa con ellos acerca de lo que gastan y de lo que ahorran.
Abre una cuenta de ahorros: A ser posible, que ellos participen en el papeleo con el banco. Puede ser un buen momento para estudiar lo que es un plan financiero que les permita perseguir algo que ellos realmente quieran en el largo plazo. Ten en cuenta que el «futuro», para ellos, suele quedar muy lejos.
Habla del “dinero de plástico”: Cuando uses tu tarjeta explícales que la usas ahora y que tendrás que pagarlo luego. Explícales que es una herramienta y no una varita mágica. Explícales la diferencia entre tarjeta de débito y tarjeta de crédito. Háblales del “crédito” y de lo que pasa si uno no paga.
- Para adolescentes de 16 a 18 años
En cuanto a los hijos adolescentes, puede ser una buena idea incitarlos a conseguir un trabajo de unas pocas horas. A la administración del dinero ganado, se suma el aprendizaje de la búsqueda laboral.
Mejora tus y sus conocimientos tecnológicos: Pídeles que te expliquen la tecnología, aprende de ellos y revisad los costos de las diferentes tecnologías y servicios.
Hazlos responsables: Los privilegios tienen un precio. Si se sobrepasan en sus minutos de tiempo en el teléfono, deben pagar por ello.
A los mayores, dales acceso a una tarjeta de crédito: Establece límites y examina con ellos los gastos, compáralos con sus ingresos y presupuestos.
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