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¿Qué es el estadio de operaciones concretas? (I)
¿Qué es el estadio de operaciones concretas? (I)
Piaget distingue dos sub-períodos: el pre-operacional (2 a 7 años) operaciones concretas (7 a 11 años)
El pre-operacional (2 a 7 años)
En esta etapa el pensamiento presenta las siguientes características en la adquisición de la función simbólica: aumento de la interiorización de símbolos y una progresiva diferenciación entre significantes (palabras, imágenes etc.) y significados (objetos y acontecimientos a que refieren la palabra o imágenes). Los primeros significantes son signos lingüísticos que van interiorizando a partir de experiencias personales.
Egocentrismo: el pensamiento se centra en su propio punto de vista, producto de su experiencia personal, no es capaz de verlo desde otro punto de vista.
Centración: el pensamiento centra la atención en un solo atributo del objeto o hecho, lo cual conduce a una conclusión errónea, incompleta o distorsionada, por no considerar otros atributos.
Transformaciones: tiende a representarse con facilidad los diferentes estados o configuraciones sucesivas de una materia u objeto, pero representa con dificultad las transformaciones de los mismos.
Irreversibilidad: no es capaz de regresar al punto de origen, ya sea por negación o inversión. No podrá entender, por ejemplo, que: » – José es hermano de María y nieto del abuelo».
Razonamiento transductivo: la verbalización de una causalidad va de lo particular a lo particular.
Animismo y artificialismo: es animista al darle a los objetos, o hechos, atributos psicológicos, como vida, emociones y conciencia. Es artificialista porque le da a los fenómenos de la naturaleza un origen humano o poderes superiores. Falta de distinción entre juego, realidad y fantasía.
Un importante aspecto del desarrollo cognitivo lo constituye el pensamiento simbólico entre los dos y cuatro años. Esta función permite que el niño represente ciertos aspectos de su experiencia y presente y anticipe futuras acciones en relación a ella.
La imitación diferida que el niño realiza cuando se está en ausencia del objeto (conducir un coche, por ejemplo), implica una interiorización de una experiencia directa y es el punto de partida de la representación de imágenes (incipientes).
En el juego simbólico el niño le otorga conscientemente a objetos concretos un determinado significado que le sirve para realizar una actividad lúdica, por ejemplo: estos juegos desempeñan un rol importante en su vida emocional, especialmente en su adaptación a la realidad. Se produce una asimilación del mundo externo de acuerdo a sus deseos con una limitada acomodación.
El lenguaje es otra manifestación de la función simbólica. Alrededor de los dos años el niño utiliza palabras para representar objetos o hechos, este lenguaje es aún incipiente pues no es una transmisión del pensamiento, se emplea para transmitir conceptos y no cubre todas las actividades relacionadas con la percepción.
El lenguaje tiene un origen cultural y precede al pensamiento. Significa esto que se construye primero el lenguaje en el exterior y luego se construye el pensamiento.
Al revisar estos estadios se observa que la diferencia entre un estadio y otro es la estructura diferente en cada etapa. Esta estructura sirve para ordenar la realidad de manera muy distinta. Por tanto, cuando se pasa de un estadio a otro se adquieren esquemas y estructuras nuevas, conservando las anteriores.
Sigue en Estadio de operaciones concretas (II)
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