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No quiero a mi hijo adoptado
No quiero a mi hijo adoptado
Este es un sentimiento extraño, raro e incómodo, que puede aparecer, entre otras circunstancias, en madres o padres de hijos adoptados.
Hasta la llegada de la crisis económica (2009), los procesos de adopción en España se habían incrementado. El 10% de los casos han sido adopciones de niños españoles, el resto «llegaba» de países extranjeros, principalmente Rusia y China.
En las adopciones cada niño llega con su propia historia y vivencias personales. Muchas veces esta historia es desconocida o ligeramente intuida por los padres adoptivos. Según el país de origen y la edad de adopción, el niño o la niña puede haber pasado por diversas instituciones, familias de acogida, etc. Estos recorridos suelen dificultar el establecimiento en el niño de una vinculación adecuada y la construcción, con los padres adoptivos, de vínculos igualmente adecuados (adaptativos, emocionalmente estables).
Las consecuencias de un apego o vinculación no establecida en su momento o establecidas de forma incorrecta, se manifestarán mediante conductas que suelen poner a prueba constantemente el amor de sus padres y los lazos que tienen en común. Lo más paradójico es que lo hacen mediante un proceso sutil de exigencias, manipulaciones, mentiras e, incluso, utilizando comportamientos agresivos y violentos hacia las personas que quieren. También, a veces, contra ellos mismos.
Estas conductas son resistentes a cambiar y los procedimientos tradicionales (refuerzo, castigo, etc.) no acaban de funcionar, dado que su origen es básicamente de tipo emocional. Por tanto, su tratamiento requiere también reforzar los lazos afectivos y la vinculación.
No quiero a mi hijo adoptado. Ayuda a madres y padres. ATENCIÓN A DOMICILIO en Terrassa, Sabadell, Rubí, Sant Cugat, Cerdanyola, Barcelona, Vallès Occidental.