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Dependencia Emocional
La dependencia emocional es un trastorno de la personalidad enmarcado dentro de las dependencias afectivas.
Este trastorno se relaciona con las emociones y la capacidad o calidad para establecer vínculos significativos con otras personas. Al tratarse de un trastorno de la personalidad, tiende a tener un patrón crónico y estable a lo largo de la vida de la persona. Este trastorno presenta síntomas variados que dificultan su diagnóstico, desde la depresión reactiva, los trastornos obsesivos o los síndromes desadaptativos.
En la dependencia emocional, el sujeto es controlado por su necesidad de la otra persona, y el intenso miedo a la pérdida y a la soledad contaminan el vínculo establecido en la pareja.
En sus relaciones amorosas, los dependientes emocionales manifiestan hacia su pareja un tipo de apego «ansioso», caracterizado por una continua necesidad de saber que es amado, dificultades para llevar una vida independiente, búsqueda incesante del candidato a pareja y selección precipitada del mismo, miedo a no ser querido, miedo a la pérdida del objeto de su amor y celos frecuentes, ideas contradictorias sobre el amor y dificultad para romper aún cuando la relación sea altamente problemática y generadora de malestar para el dependiente. Existe otra variante de este tipo, llamada codependencia emocional, en la que los dos integrantes de la pareja son los afectados. Esto lleva a una continua tristeza y bajón emocional cuando no se encuentran en el mismo lugar. Está probado que las parejas que sufren este síndrome, (80% de los casos) tienen más éxito en su vida sentimental congénita.
Diagnóstico Diferencial
Hoy en día existen trastornos con características muy similares a la dependencia emocional, por lo que el diagnóstico diferencial es sumamente importante, ya que de él dependerá el tratamiento posterior.
Adicción al amor: la sintomatología es muy similar a la de la dependencia emocional, pero mientras que en la dependencia emocional se es dependiente de una sola persona, en la adicción al amor se es dependiente de las relaciones en general, es decir, que se repite una y otra vez el mismo patrón de relación amorosa sin importar cuál sea la personalidad de la pareja.
Codependencia: en la codependencia, el sujeto es dependiente de una pareja que a su vez presenta un comportamiento adictivo, véase alcoholismo, ludopatía, adicción al trabajo, adicción a otras drogas, etc… En la codependencia, el sujeto afectado por la codependencia parte de la idea errónea de que puede y debe rescatar a su pareja de ese trastorno adictivo en el que se encuentra, y esto es así porque el codependiente necesita llenar un vacío emocional, y lo hace ocupándose de cualquier otra persona. En la dependencia emocional no tiene por qué existir un problema de adicciones en el otro miembro de la pareja.
Bidependencia: un bidependiente es aquella persona que presenta dos dependencias simultáneas, pudiendo ser una de ellas afectiva – dependencia hacia otra persona- y la otra a sustancias por ejemplo.
En la dependencia emocional se dan relaciones basadas en la sumisión, la idealización y el terror al rechazo, al abandono. Con una defensa a ultranza de la relación o, como mínimo, con un terror brutal a la ruptura.
Rasgos generales:
El dependiente emocional pone a su relación por encima de todo, incluyéndose a sí mismo, a su trabajo o a sus hijos en muchos casos.
El dependiente deja de tener vida propia o, mejor dicho, vive la vida del otro mientras que éste lo permita. Si la pareja quiere ir a tomar cañas, pues a tomar cañas; si desea quedarse en casa, no hay problema; si a las ocho llega del trabajo, a las ocho estará el dependiente en perfecto estado de revista para estar a disposición.
Las aficiones se van perdiendo, las amistades van adquiriendo menos protagonismo, la familia pasa a un segundo plano, etc.
Los dependientes son personas que viven “enamoradas del amor”, personas que consideran que su vida sólo adquiere sentido dentro de una relación de pareja. Algunos autores llaman a esto voracidad afectiva o deseo de acceso constante. En este sentido el teléfono móvil e internet se han convertido en dos ayudas inestimables para satisfacer la voracidad afectiva de los dependientes emocionales.
¿Cómo superar la dependencia emocional?
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