El desarrollo lingüístico del niño de los 8 a los 12 meses

El desarrollo lingüístico del niño de los 8 a los 12 meses.

Hacia el primer año, tu hijo empezará a indicar qué quiere, señalando o haciendo gestos en la dirección del objeto deseado. También imitará muchos de los ademanes que ve hacer a los adultos mientras hablan. De todos modos, esta forma no verbal de comunicarse sólo es una medida temporal que utilizará hasta que hable.

Los ruiditos y balbuceos de tu hijo darán paso a la pronunciación de sílabas reconocibles, tales como «ba», «da», «ga», «pa» , «ma», «ti», «to», etc.  Es posible que tu hijo diga alguna palabra completa, como «mamá» o «tata», de forma accidental y, al ver el entusiasmo que suscita en su audiencia, se dé cuenta de que ha dicho algo significativo. A esa edad, también puede pasarse el día entero repitiendo una palabra, como, por ejemplo, «mamá». De todos modos, al final, acabará utilizándola sólo cuando quiera transmitir lo que significa.

Aunque tú has estado hablándole desde que nació, durante este período empezará ha entender muchas más cosas, y por lo tanto, sus conversaciones adquirirán un significado nuevo. Antes de que sepa decir muchas palabras, tu hijo entenderá mucho más de lo que tu puedas sospechar. Por ejemplo, observa cómo reacciona cuando nombras su juguete favorito que está en la otra punta de la habitación. Si lo mira, te está diciendo que te ha entendido. Cuéntale lo que pasa a su alrededor, por ejemplo, cuando lo bañes, lo cambies y lo alimentes. Utiliza un lenguaje simple y correcto: «- Te estoy secando con una toalla grande azul. ¿Qué suave!». Etiqueta verbalmente objetos y juguetes familiares e intenta ser coherente; si hoy llamas gato a la mascota de la familia, no le llames «miau-miau» mañana.

Los libros de ilustraciones pueden potenciar este proceso de aprendizaje, reforzando la comprensión incipiente de que todas y cada una de las cosas tienen su nombre.

Busca libros que tengan páginas de cartón, tela o vinilo, para que tu hijo pueda  pasar las páginas él solo. Intenta también que tenga dibujos sencillos y llenos de colorido de objetos o situaciones que tu hijo pueda reconocer.

Independientemente de que le estés leyendo o explicando algo, dale muchas oportunidades para que él participe en la conversación. Hazle preguntas y escucha sus respuestas, o deja que sea él quien lleve la voz cantante. Por ejemplo, dice » – Gaagggaaaaa» o «Tico-tico-tico»,  repite lo mismo y observa lo que hace. Es cierto  que puede parecer que estos intercambios no tienen ningún sentido, pero le transmiten a tu hijo el mensaje de que la comunicación es un proceso a dos bandas y que tú valoras su participación. Además, prestando atención a lo que te dice podrás identificar mejor las palabras que es capaz de entender y reconocer sus primeros vocablos.

Las primeras palabras no tendrán una pronunciación perfecta. Para tu hijo, una «palabra» es cualquier sonido que se refiere a la misma persona, objeto o acontecimiento. Por lo tanto, si dice «- tete…» cada vez que quiere leche, esta palabra debería tratarse con todo el respeto de una palabra legítima. De todos modos, cuando le hables sobre la leche, utiliza la palabra correctamente, y, al final, él mismo acabará autocorrigiéndose.

Existe una enorme variabilidad en la edad a la que los niños empiezan a decir palabras reconocibles. Algunos tienen un vocabulario de una o dos palabras al cumplir el primer año, pero lo más frecuente es que a esta edad, el habla del bebé parezca un galimatías en el que sólo se puedan reconocer las inflexiones y las vibraciones del lenguaje propiamente dicho.

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