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Hablar de la muerte a los niños
Hablar de la muerte a los niños
«Tratad a los muertos con la misma ternura que quisierais ser tratados durante lo que os queda del resto de vuestra vida». Harold Pinter
Sabia lección y buena introducción para tratar un tema con tantas implicaciones instintivas y afectivas como pueda tener otro de los grandes temas «tabú», el sexo. Por eso, ambos temas son tratados de soslayo en la familia y en la escuela. Domina el silencio.
La relación del niño con la muerte ha sido objeto de numerosos estudios.
Propondré aquí algunas reflexiones e indicaciones para que padres y madres eduquen a sus hijos para la afrontar la muerte y la pérdida de forma no perturbadora.
En las sociedades occidentales, la muerte es un tema tabú. Se valora como un tema inadecuado y muchos adultos lo esquivan. Sin embargo, en otras sociedades, la muerte se percibe con mayor naturalidad y aceptación, y, sin causar ninguna ansiedad a los niños, por el contrario, parecen entender mejor que el silencio puede alimentar el miedo y la ansiedad, de forma que afrontan la pérdida y el duelo de forma diferente: sin ocultarla.
Nuestra cultura occidental y consumista tiene asociada la idea de la muerte con la de miedo, angustia y/o terror, y el cine anglosajón en particular, y el ocio en general, han contribuido y contribuyen (salvo honrosas excepciones) a visualizar y «vivenciar» la muerte con planteamientos donde domina, el espectáculo, la frivolidad y el terror. Deshumanizando la muerte y convirtiéndola en un consumo más.
El miedo es instintivo, sin él no sobreviviríamos, pero el uso del miedo como espectáculo ha distorsionado la idea de la muerte, ya de por sí, compleja, de difícil aceptación, íntima y única en cada ser.
La muerte resulta tan relevante para el ser humano que en terapia cognitiva resaltamos su importancia para valorar la vida. En pedagogía, Schopennhauer ya hablaba de la necesidad de educar para la muerte, en el sentido de educar para la vida.
La muerte crea dolor y tristeza, los padres deben ser un modelo a seguir para sus hijos, para mostrarles que el duelo es un proceso normal, y en segundo lugar, tienen la difícil tarea de explicar el pérdida.
Pautas generales para ayudar a tu hijo a afrontar la muerte de un ser querido
- Permite que exprese su dolor.
- Involucra a tu hijo en todo lo que sucede. No lo apartes.
- Informa al maestro de lo sucedido.
- Anima a tu hijo a hablar libremente acerca del fallecido.
- Dale a tu hijo muchos abrazos y consuelo.
- Habla honestamente y evita, por ejemplo, aquello de «el abuelo está dormido.» El niño podría tener miedo de quedarse dormido.
- Considera su edad.
Para los adultos, la pérdida produce una serie de emociones predecibles. Las etapas normales del duelo son la negación, la tristeza, la depresión, la culpa, la ira y, finalmente, la recuperación. Sin embargo, los efectos en los niños varían mucho en función de su edad y madurez.
Un buen principio para llegar a un buen final; educa según la máxima de: el valor de la vida no está en su duración (que también, evidentemente) sino en la intensidad y el significado con que se vive, para ti y para los demás.
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