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Tu hijo y el alcohol
Procura estar atento/a. Aunque pienses que tal vez estás reaccionando de forma exagerada o se trata de signos normales de la conducta adolescente, habla con un profesional si tienes cualquier preocupación o notas cualquiera de los siguientes síntomas:
Cambios en el estado de ánimo, como irritabilidad o actitudes defensivas.
Cambios en la escuela, como ausencias, peores notas o menos interés en el éxito académico.
Cambios sociales, como amigos nuevos o más actividades por la noche.
Cambios en la conducta, como pérdida de interés en actividades o pasatiempos que antes le interesaban, niveles más bajos de energía, mentir sobre los amigos y dónde está y distanciamiento de la familia.
Cambios físicos, como pérdidas temporales de la memoria, ojos enrojecidos, cambios de peso, lesiones inexplicadas, dolores de cabeza frecuentes o náuseas.
Enséñale a tener un plan para decir NO y ser asertivo. Si los amigos de tu hijo/a beben, tal vez él sienta presión para tomar alcohol. La mejor manera de negarse a beber es simplemente decir que NO de manera firme, parándose erguido, haciendo contacto visual y SIN disculparse.
Explícale cómo gestionar situaciones donde hay alcohol. Por ejemplo, dile que si está en una fiesta donde hay gente que bebe, que puede llamarte y tu lo/a recogerás sin hacer ninguna pregunta. Apoya a tu hijo/a y hazle saber que estás disponible siempre cuando él o ella lo/a te necesite.