No perder la paciencia

No perder la paciencia

Lo que puedes hacer para no perder la paciencia es difícil, pero no imposible. Depende de tu capacidad de autocontrol. Con autocontrol puedes tener toda la paciencia del mundo.

Por más que parezca que tu hijo/a está desafiándote con sus gestos, sus palabras o sus negativas, nuestro objetivo prioritario debe ser: «jamás perder el control».

En esos momentos, el daño que podemos hacerles es muy grande.

Decirles:«- No te aguanto»; «- Qué tonto eres»; «; merma terriblemente su autoestima.

Al igual que sucede con los adultos, los niños están muy interesados en conocer su nivel de competencia personal y una descalificación que provenga de los mayores echa por tierra su autoconfianza.

Contar hasta diez, salir de la habitación, comerse una manzana…, cualquier estrategia es válida antes que reaccionar con agresividad o de forma desproporcionada ante una de sus trastadas.

No entres en pánico. Reflexiona: ¿merece la pena perder la paciencia?. Si pierdes la paciencia ¿será educativo para él/ella.? ¿Perdiendo la paciencia lograrás modificar su conducta?

Tú eres el adulto. No pierdas el control.

Anticípate a las situaciones que sabes que serán motivo de discordia.

Procura ser coherente y predecible.

Mantén la complicidad con tu pareja.

Aplica la Técnica PRPA.

Procura tener una visión realista de lo que está pasando. No pierdas el control.

No dramatices.

No levantes la voz.

Recuerda algo: Reconocer nuestros errores también es positivo para ellos.

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