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El síndrome del emperador o niño tirano
El síndrome del emperador o niño tirano
Conozco a varios de estos niños. Hijos que maltratan, pegan, roban o vejan a sus propios padres. Niños consentidos. Sin conciencia de los límites. Desafiantes. Son los hijos «tiranos», los que no toleran la frustración, los niños caprichosos. «No tienen límites y no tienen normas». Así es como ha ejemplificado el pediatra Jesús García Pérez, de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria (Sepeap) el llamado «Síndrome del emperador».
El niño tirano no admite el desafío, «El mayor deseo de los jóvenes afectados es tener privilegios y poder. Los jóvenes que lo padecen no tienen conciencia. No es que no sepan lo que está bien y lo que está mal, sino que, directamente, no les importa. Estos chicos tienen muchos más problemas que los demás para percibir y sentir las emociones morales (la compasión, la empatía, el amor, la responsabilidad…) Estas emociones son necesarias para desarrollar vínculos poderosos con el entorno y para el desarrollo de la pro-socialidad. Es el sentimiento de ‘tú me importas’ y de ‘yo noto que te importo’. En base a esa relación de afectividad, los niños adoptan las normas y los valores que sus padres les transmiten».
Nuestro modelo social ha cambiado en los últimos 40 años. Al pasar del autoritarismo a la permisividad, muchos de nuestros jóvenes parecen haber perdido la referencia de lo que está «bien o mal», o lo que es peor, saben lo que está bien o mal hecho, pero no les importa, pues no hay sentimiento de culpa al realizar lo incorrecto; la permisividad y el «buenismo» de muchos padres y profesores, han eximido a muchos jóvenes de enfrentarse a las consecuencias negativas de sus actos.
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