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¿Qué debo prohibir a mi hijo?
Prohíbele menos, elógiale más
Para un crío es tremendamente estimulante saber que sus padres son conscientes de sus progresos y además se sienten orgullosos de él. Contrariamente a lo que suele pensarse, los críos buscan satisfacer a los padres más de lo que éstos creen.
No hay que escatimar piropos cuando el caso lo requiera o decirle que lo está haciendo muy bien y siga por ese camino. Reconocer y alabar da buenos resultados. El ser humano tiende a repetir aquellas conductas en las que ha salido airoso. Esto se conoce como Ley del Efecto Positivo, formulada por Thorondike.
Si continuamente estás censurando o prohibiendo, lograrás aparecer ante él/ella como una persona amargada y poco de fiar.
Siempre mencionamos sus pequeñas trastadas de cada día. ¿Por qué no hacemos lo contrario? Los padres debemos fijarnos más en lo que hacen bien y resaltarlo.
Se deben prohibir conductas que atenten contra la propia salud o la de los demás.
Argumenta, en la medida de lo posible, la prohibición.