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Negativista desafiante y tóxicos
Negativista desafiante y tóxicos
Actualmente, el riesgo de consumo se inicia ya en la pubertad, no tanto ligado a los centros de secundaria como a los lugares donde se reúne este grupo de edad: espacios públicos, zonas de deporte y de ocio, especialmente.
La forma más efectiva de prevención del consumo de sustancias tóxicas en la familia es abordando los factores de riesgo:
1. Ambientes familiares caóticos o con abuso de alcohol o drogas en los padres, o padres con un trastorno psiquiátrico.
2. Problemas serios en la educación de los hijos por parte de los padres (falta de regulación).
3. Dificultad en el vínculo afectivo entre hijos y padres (falta de cariño y muestras de afectividad sincera y empática).
Estos factores, aisladamente o de forma combinada, potencian la patología del Trastorno Negativista Desafiante. Intervenir sobre ellos será decisivo para cualquier tratamiento de éxito.
Factores protectores:
1. Los lazos y vínculos fuertes con la familia.
2. Los padres que están al tanto de las actividades, aficiones y amistades de sus hijos, y que forman parte de la vida de sus hijos previenen el uso de alcohol y drogas por sus hijos.
3. El éxito académico en los adolescentes.
4. La participación y lazos con instituciones o agentes socializadores (relación con otras familias, el colegio u otras organizaciones de carácter social, cultural, deportivo o religioso).
Trastorno Negativista Desafiante y tóxicos. ATENCIÓN A DOMICILIO en Terrassa, Sabadell, Sant Cugat, Cerdanyola, Rubí, Vallès Occidental, Barcelona.
para mi el vinculo afectivo es el mas dificil delante del comportamiento del niño
realmente creo que necesitaria «jarabe de palo» tal como decian nuetros padres, esta es la educacion que debo aprender pero no se en que universidad.
seguramente es muy facil la palabra pero el hecho es mucho mas dificil
La vinculación afectiva es uno de los elementos centrales en la relación madre / hijo. Tanto en la paternidad biológica como en la adoptiva, el establecimiento de un correcto vínculo de apego, ya en las primeras etapas, va a tener unas consecuencias concretas en el desarrollo evolutivo del niño y de la relación filoparental futura. Dedicar tiempo, en una interacción de cuidado y atención, por parte de las figuras de apego, es la mejor inversión para garantizar la estabilidad emocional del niño en su desarrollo. El vínculo de apego no debe entenderse como una relación demasiado proteccionista por parte de la madre hacia el bebé, sino como la construcción de una relación afectiva a base de atención y cuidados.
El apego puede formarse con una o varias personas, pero siempre con un grupo reducido. La existencia de varias figuras de apego es, en general, la mejor profilaxis de un adecuado desarrollo afectivo dado que el ambiente de adaptación del niño es el clan familiar y no exclusivamente la relación dual madre-hijo.
La realidad se complica cuando el niño es diagnosticado de Trastorno Negativista Desafiante. Los patrones de conducta que se asocian a este trastorno dificultan el establecimiento de vínculos y apegos. Construiros y restaurarlos formará parte de cualquier proceso psicopedagógico y terapéutico que se emprenda. Buscar espacios para reír sinceramente, abrazar tiérnamente, aceptar incondicionalmente, … amar inquebrantablemente…
Nada que ver con el jarabe de palo del que hablas. Otra cosa es poner límites claros y consecuencias claras. Pero con esto sólo no bastará para crear y/o mejorar vínculos.
La clave, y tú lo dices, es pasar de la palabra a la acción. Decir «te quiero» no es suficiente si detrás de las palabras no se encuentra la conducta que lo evidencie.
Ánimo mamá coraje.