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Evitar las rabietas durante el segundo año
Evitar las rabietas durante el segundo año
En lo que respecta al tema de la disciplina durante el segundo año de tu hijo, debes pensar que tienes algunas ventajas sobre tu hijo. En primer lugar, tú sabes que inevitablemente van a haber conflictos entre ambos (hasta es posible que puedas predecir qué situaciones lo van a desencadenar), por lo que puedes planificar tu estrategia con antelación para evitar posibles fricciones.
Sigue las siguientes indicaciones para reducir al máximo las rabietas de tu hijo, tanto en cantidad como en intensidad. Asegúrate de que quienes van a cuidar del niño entienden y siguen estas pautas:
1. Cuando le pidas a tu hijo que haga algo, utiliza un tono de voz amistoso y plantea tu petición como una invitación en lugar de como una orden. También puede ayudar bastante decir «por favor» y «gracias».
2. No reacciones de forma desproporcionada cuando tu hijo diga «no». Durante bastante tiempo es posible que diga «no» ante cualquier petición o instrucción que se le dé. A esta edad, ¡hasta es posible que diga no a un pastel o un helado! Lo que en el fondo te quiere decir es algo parecido a: «Me gustaría tener el control de la situación, por lo tanto diré que no hasta que vea que la cosa va en serio». En lugar de poner el grito en el cielo, responde al reto de tu hijo repitiendo la petición con calma y claridad. No lo castigues nunca por decir que «no».
3. Elije bien tus batallas. Tu hijo no tendrá una rabieta a menos que tú lo presiones, por lo tanto no le aprietes a menos que lo que esté en juego merezca la pena. Por ejemplo, que esté bien sujeto en su sillita cuando va en coche es algo prioritario, pero conseguir que se coma los guisantes antes que la compota de manzana no lo es. Por lo tanto, aunque él diga que «no» a todo, tú deberías decir «no» sólo cuando sea absolutamente necesario.
4. No le permitas elegir cuando sólo
haya una opción y no hagas tratos. Hay cuestiones, como el baño, la hora de acostarse o no cruzar la calle solo, que son innegociables. No hace falta que le prometas a tu hijo una galleta extra por el hecho de respetar estas normas. Los sobornos sólo le enseñarán a tu hijo a saltarse la norma cada vez que te olvides de darle la recompensa acordada.
5. Dale a elegir siempre que sea posible. Déjalo que decida qué pijama quiere ponerse, qué cuento quiere que le leas, con qué juguetes le apetece jugar. Si le das la libertad e independencia en estos ámbitos, será mucho más fácil que te obedezca en las cuestiones realmente importantes.
6. Evita las situaciones que sabes que pueden desencadenar una rabieta. Si tu hijo siempre monta una escenita en el supermercado, déjalo (si te lo puedes permitir) con algún familiar o persona de confianza mientras realizas la compra. Si algunos de sus compañeros de juego le saca de quicio, sepáralo durante varios días o semanas y observa si mejora la dinámica.
7. Refuerza la buena conducta con elogios y atención. Hasta el mero hecho de sentarse a su lado mientras miras tranquilamente un libro puede servir para demostrarle que apruebas lo que hace.
8. Muestra sentido del humor. Aunque no es buena idea reírse de tu hijo mientras grita y da patadas a diestro y siniestro durante sus «representaciones», puede ser muy terapéutico para ti reírte y hablar de ello con amigos y otros miembros de la familia cuando él no pueda oíros.
Evitar las rabietas durante el segundo año.
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Y que haces cuando sistematicamente te dice a todo que no?
Cuamdo hay que repetir las cosas mil veces, cuando le dices que haga el favor y su respuesta es pegarte.
Cuando solo quiere comer 1 alimento y se niega a probar el resto llegando a estar varios dias sin comer!.
Creo que necesito una supernany en mi vida.